Thursday, April 14, 2011

Eres la madre de un ente peculiar y novedoso, en una sociedad donde la diferencia no es bien vista. Quieres explicar a tus familiares y amigos que hubieras reventado si no sacabas fuera de ti este ser autónomo que es hoy tu bitácora virtual. - Yoani Sánchez

Wednesday, April 6, 2011

Wikitensiones

Por Julio Espinosa

El Canciller Patiño debe sentirse muy realizado después de haberle expulsado a la embajadora Hodges del país. Pues es sueño de todo revolucionario poder sacarle el dedo directamente a cualquier emisario del imperio. Sin embargo me parece que el epicentro escandalizador del wikicable que compromete expresiones de la ex embajadora debe estar centrado más en las denuncias de corrupción que en el “daño moral” que pueda haber sufrido el presidente Correa. Y es que el Canciller Patiño ha dicho en una entrevista de Canal 8 que el señor Correa siente que su honra y honor han sido afectados con tales expresiones, las cuales aseguran que él mismo conocía las redes de corrupción y extorsión en la que el general Hurtado estaba involucrado antes de ser nombrado comandante de la Policía.

Sin duda son alegaciones graves pero el gobierno se ha centrado en denunciar la intromisión de la embajada americana en temas nacionales cuando me parece es más importante desenmascarar la podredumbre que ya todos sabemos acecha a dicha institución. Con este precedente ¿será posible que exista la voluntad política para investigar lo revelado en el cable? Esto además nos ha sorprendido con la noticia de que Wikileaks entregó 343 cables al diario El Universo que comprometen al gobierno ecuatoriano; se desencadena toda una serie de preguntas a raíz de esto. Por ejemplo ¿cuál será la actitud del gobierno si se revelan más casos de corrupción? O sino ¿cuántos funcionarios extranjeros más serán expulsados?; ¿Correa se atreverá a declarar “non” grato a alguno de sus acólitos en caso de que se encuentre comprometido? Asimismo, no olvidemos que Julian Assange casi fue declarado invitado de honor por el gobierno, pues muchos de nuestros revolucionarios veían en él un símbolo de rebeldía en la nueva era de la informática. Me pregunto si Assange ahora se convertirá en un mentiroso y calumniador temerario que busca desprestigiar a la Revolución Ciudadana; me gustaría consultarle al Corcho Cordero.

Y ¿ahora qué con la embajadora Hodges? Si bien estuvieron delicadamente comprometidas ciertas expresiones suyas, estoy seguro que nuestros funcionarios hablan pestes de otros países y calumnian tranquilamente casa adentro. Este debate pareció haber sido superado por toda la comunidad internacional a finales del año pasado cuando Assange reveló que su organización había entregado más de 250 mil cables a cinco de las más grandes agencias periodísticas del mundo. Los gobiernos condenaron el robo de estos cables y aparentemente hubo un mutuo entendimiento de que las acciones de Wikileaks podrían ocasionar roces lamentables pero al final del día roces innecesarios y comprensibles porque la verdad es que a todos nos gusta hablar mal del resto sin que nadie se entere. Además escuchamos a la embajadora explicar que no tuvo el tiempo suficiente para consultar a Washington DC sobré cuál debiese ser la posición de la embajada frente al acontecimiento y recordó también que el Canciller Patiño ya había conversado con Arturo Valenzuela, Subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, y que ella no tenía mucho más que comentar en ese instante.

Si algo sabe hacer bien este gobierno es hacer daño a la gente. Ha perdido completamente el pudor, para citar a Teodoro Bustamante en su columna más reciente. Si se hubieses tratado de un funcionario y ciudadano ecuatoriano inmediatamente Correa le hubiera clavado una demanda millonaria o exigido que se lo encarcele junto al coronel Carrión, quien espera ya más de seis meses detrás de las barras por un juicio justo, básicamente por haber abierto la boca. Sin siquiera haber analizado el contexto en que se desarrolla este roce diplomático, el gobierno ecuatoriano prosudamente declaró persona no grata a la embajadora ayer las nueve y media de la mañana como si se tratase de un cáncer que el país necesita combatir inmediatamente. Correa y sus acólitos podrán insultar y desmoralizar a quien les dé la gana, pero ignoran que esta hacienda puede cambiar de dueño y capataz en cualquier momento; solamente espero que algún día estos sean el estado de derecho y las libertades civiles.

Tuesday, April 5, 2011

La hacienda

Por Julio Espinosa

Ya no sorprende la actuación del presidente Correa cada vez que se hace pública la opinión de alguna persona crítica al gobierno. Inmediatamente se desencadena una campaña mediática llena de insultos burdos y groseros para desmoralizar al autor de dicha crítica. Nuestro gobierno ha asimilado las formas más placeras de relaciones públicas como método de defensa. No obstante no basta con invertir cientos de miles de dólares en ataques para descalificar sino que ahora al gobierno le ha empezado a agradar la idea de demandar a los líderes de opinión por varios millones y finalmente con cárcel para rematar, cosa que nunca ha ocurrido anteriormente en este país. Demandas que justifica el presidente alegando que se ha cometido daño moral en contra de él tras la publicación de unos artículos de opinión; artículos que además revelan las esquinas más oscuras y mugrientas de un gobierno que llegó al poder valiéndose del discurso de la revolución democrática y ética cuando lo que hemos visto son insaciables acosos y amenazas, verbales y legales, para castigar a quienes han cuestionados las actitudes del presidente.

Más aún, después de que el mayor Fidel Araujo haya sido declarado inocente tras haber permanecido seis meses en la cárcel por supuesta incitación a rebelión durante el 30-S, el ministro de Justicia José Serrano ha declarado que apelará la decisión del juez para asegurarse de que permanezca incuestionable la acción y palabra de quien le permite mantenerse en su cargo. No hace falta tener un PhD en Lovaina para darse cuenta que quién más daño moral ha cometido es aquel que se llena la boca victimándose desde el poder.

Y es que el presidente Correa ha aprendido a manejar el país como su hacienda privada, y le gusta. Donde sea que pise y ande le sigue un séquito de aduladores y agentes de seguridad, los mismos quienes se han ganado la fama de matones asalariados después de que en cuatro años hayan detenido y garroteado a varios individuos que han demostrado o gritado alguna consigna en contra del hacendado. Pensé que los hermanos Castro eran los mayores latifundistas del hemisferio, dueños de toda una isla y su gente, no obstante los recientes acontecimientos en el Medio Oriente me han recordado que que el coronel Chávez no es nada más que una adaptación latinoamericana del hacendado coronel Gaddafi, y Correa quiere convertirse en su propio ex hacendado Mubarak. Haciendas que hemos recibido a la modernidad de forma parcial y discriminada porque no es necesario cultivar masa crítica y productiva que pueda desafiar la autoridad y alcance del poder del Estado. Como encomendados, ellos bien saben que tienen que enseñar a la gente que sin su gobierno el pueblo se encuentra huérfano y desamparado; educar para cultivar obediencia y culto a la nueva religión, el caudillo en persona.

Infelizmente hemos aprendido nosotros también a querer conformar haciendas y no naciones en donde reine el estado de derecho y las libertades civiles. Parecería que estamos fatalmente condenados a asimilar a un bombardeo mediático de promesas y al cruce de insultos como procesos civilizados y legítimos de elecciones. No tenemos, además, ninguna garantía de que pasada la fiebre correísta la alternativa sea mejor en absoluto. Así hemos crecido y continuamos educando a las nuevas generaciones. Los debates políticos son meras distracciones para quienes ingenuamente aún confiamos en que la democracia pueda funcionar mientras lo único que engrana en realidad es la lógica del poder por el poder.