Monday, June 29, 2009

Incoherencia prevista

Por Julio Espinosa

Es realmente sorprendente ver cómo la comunidad internacional condena tan energéticamente al proceso recién observado en Honduras. Es verdad que se evidenció una escalofriante ruptura del debido proceso en este país; no es de más resaltar la audacia con la que echó al ex presidente Zelaya el domingo por la mañana del país aún en sus pijamas. Sin embargo también es verdad que han ocurrido cosas similares y peores recientemente en otros sitios de la región que por alguna razón cósmica no captaron la misma atención de la OEA, Unión Europea y los Estados Unidos.

No vayamos muy lejos. Desde que Sixto Durán Ballén terminó su mandato en 1996 no ha habido un solo gobierno que logre concluir sus cuatro años. Los ecuatorianos hemos presenciado tres golpes de estado en la reciente historia del país y no ha habido fuerza que logre devolver a los presidentes destituidos a su cargo. Es importante recalcar la ilegalidad con la que los militares y el congreso actuaron para inventarse que por razones psiquiátricas y de supuestos abandonos del cargo, reemplazaron a los ex presidentes electos. Es aquí el primer indicio de incoherencia de la comunidad internacional por no haber exigido que se repare la infracción de la misma manera que lo está haciendo con Honduras. De ninguna manera quiero convertirme en proselitista de Bucarám, Mahuad, o Gutiérrez, pero es irresponsable y miope negar que utilizamos el método más fácil e ilegal para corregir nuestra ingenuidad y torpeza en las urnas.

No obstante lo peor aún está por suceder. Todavía no se sabe bien qué ocurrirá en Honduras pero si Zelaya logra regresar con éxito a su país lo más probable es que se restaurará su gobierno con mucha más fuerza, quebrando toda ley que le parezca incómoda para instaurar su revolución ciudadana, no muy distante al perfil de su ahora compañero Rafael Correa. Aún más disolverá el Congreso, lo cesará de sus funciones o lo pondrá de vacaciones para que su CD ROM, importado sin aranceles desde Caracas con escala en Quito, no sea víctima del virus de la oposición, de los banqueros o los pelucones locales.

Es aquí cuando una vez más la comunidad internacional, al igual cuando ocurrió en Venezuela y en Ecuador en su momento, enviará un patético comunicado expresando la preocupación por ciertas práctica no muy democráticas ejercidas por su jefe de Estado mientras lo que en realidad se vive es un atentado directo y sinvergüenza contra un sinnúmero de valores democráticos que no necesariamente tienen que ver con destituciones de presidentes. Producto del arcaico y caudillista sistema presidencial adoptado por toda la región conjunto con la ignorancia que somete a nuestras sociedades, se menosprecia la importancia elemental que un Congreso puede tener para apaciguar los abusos del Ejecutivo. Acto seguido, cierre de canales de televisión, insultos, polarización y lo más cotizado, o “weapon of choice” del socialismo del siglo XXI: la masiva y perversa generación de resentimiento social donde en realidad no existe.

Espero enormemente estar equivocado, y espero que en el futuro la comunidad intencional, comenzando por la OEA, sea coherente con su discurso y que ella, más que nadie, entienda la importancia de los contrapoderes y las libertades civiles dentro de una democracia. Conceptos aparentemente revolucionarios para una idea evidentemente vaga y simple que la comunidad internacional rescata últimamente.

Y es que la palabra “democracia”, nuevamente digo, significa tantas cosas y nada, absolutamente nada a la vez.

1 comment:

Anonymous said...

Thanks :)
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