Por Julio Espinosa
No puedo dejar de sorprenderme e indignarme al ver todas esas imágenes y videos en Internet de cómo Gaddafi bombardea a su propia gente. Su asesor jurídico y su ministerio de coordinación política le deben recordar que se trata de las políticas duras pero necesarias para defender su revolución nacionalista de ya más de cuarenta años. Lo pueden ver a través de YouTube o sino a través de la cobertura en vivo de BBC en www.bbc.co.uk/news.
Indignación, aún más, porque el discurso oficial del gobierno ecuatoriano, desde que comenzó el conflicto libio en febrero, ha demostrado complicidad sobre dicha violación brutal de derechos humanos que sufre el pueblo libio. Complicidad porque es responsabilidad internacional condenar a un dictador que masacra a miles de sus compatriotas que luchan simplemente por el fin de un régimen de miedo. En cambio nuestro binomio diplomático, Patiño-Lucas, se ha dedicado a condenar la resolución 1973 de las Naciones Unidas en donde se dicta la zona de exclusión aérea sobre territorio libio, justamente para evitar que las fuerzas aéreas del coronel Gaddafi aplasten como a hormigas a tantos civiles inconformes. La cancillería ecuatoriana ha dicho que condenar estos actos es ignorar otras realidades sociales; es decir que en los países árabes es socialmente aceptado que un lunático proclame “moriré matando” y utilice al ejército de un país para eliminar a todos esos “gusanos” que han manifestado su verdadera opinión sobre el gobierno.
No es ni pecado ni un crimen el decir una babosada de esta magnitud, sin embargo es una irresponsabilidad y un irrespeto hacia quienes pagamos sus salarios porque un cuerpo diplomático de un país supuestamente democrático debe mostrar sensibilidad frente a los valores que representa y además es su deber defender enérgicamente la aplicación de tantos instrumentos internacionales sobre derechos humanos y prácticas democráticas. No es un asunto de relativismo y el Ecuador es también un país signatario de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
Y es que entre bomberos no se pisan las mangueras; Correa varias veces ha dicho que su revolución durará unos treinta años y su constitución unos trescientos más. Lo que posiblemente no ha pensado es en cómo terminará su romántico proyecto. Tal como sucedió durante la desviada revolución francesa a finales del siglo XVIII, en Libia ya ruedan miles de cabezas con la diferencia de que es más eficaz utilizar morteros y jets que guillotinar uno por uno a todos esos perros disidentes. Espero que en el Ecuador no nos hagan tsantsas o nos amarren al carril de la Ecovía mientras pasan las caravanas del staff presidencial. Para evitar esto, no obstante, debemos corregir nuestros discursos porque con el tiempo éstos se coinvertirán en actitudes y luego en acciones.
Es definitivamente hora de un cambio en nuestra política exterior; Patiño y Lucas tuvieron su oportunidad y lo que han hablado prosudamente en los últimos días únicamente nos demuestra que deben abandonar sus cargos ya.
1 comment:
De acuerdo totalmente contigo bro. Justamente hoy conversaba con una amiga, sobre dónde se encuentran los movimientos sociales y grupos de derechos humanos y demás, en esta cuestión libanesa. Aparentemente, desde la sociedad civil, ha existido una respuesta sumamente tibia a la cuestión que incluso ha sido opacada por la cuestión en Japón. Me parece adecuada tu noción sobre las oportunidades desperdiciadas por el "binomio" al que te refieres y al desvínculo del Ecuador con el derecho internacional, del que históricamente, hemos ratificado cuanto tratado se nos ha puesto por delante. Sin embargo, si quisiera proponer que la cuestión del medio oriente/norte de áfrica se debe ampliar. Es decir, existe una clara voluntad popular en su despecho por gobiernos decenarios y su necesidad por cambiar de modelos políticos. En el caso de Egipto, lo que me preocupaba es esta subida de los hermanos musulmanes. No porque no deban ser considerados a la hora de elaborar políticas y ser parte de la construcción de la democracia, pero no hay que desatender los mensajes que alertan que ésta es una de las ramas más extremas del islamismo y que practican, vaticinan y legitiman herramientas que Hezbolah y Al Qaeda utilizan. El caso libio, mi reclamo es diferente. Estoy totalemente de acuerdo contigo en que se debe frenar la masacre, pero lejos de utilizar o tener como referencias la retorica del coronel Chavez, si hay que tener cuidado con una "Coalition of the Willing" como están conformando ahora para "salvaguardar" a Libia. Este es el clásico dilema del intervencionismo (peacekeeping). La resolución 1973 también presenta conflictos. En esencia, la historia nos cuenta que el no-fly zone ha tenido gravísimos efectos en los ejercicios por detener matanzas. Acuérdate de Sarajevo por ejemplo. Por eso notas ahora la vacilación de la OTAN en este caso. Por otro lado, que verdadero impacto puede tener un no-fly zone, cuando la mayoría de los rebeldes están siendo acribillados en las trincheras, es decir, en el piso. Los aviones rebeldes son contados y la aviación libanesa encuentra que es más certero pegarle a una milicia a pie desde el piso, que desde el cielo. Con esto no quiero decir que no se deba hacer nada, pero la historia debe enseñarnos que debemos aplicar nuevas técnicas a viejos asuntos.
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